El nacimiento de un icono argentino
1935
La caja blanca
La producción de la heladera SIAM sucedía en las instalaciones de la fábrica SIAM Di Tella, ubicada en Avellaneda desde 1929. Si bien una de las promesas de la millonaria pauta publicitaria rezaba "Lo que puede hacer una máquina no debe hacerlo una mujer", al comienzo hubo resistencia: la heladera eléctrica generaba desconfianza y desconcierto, en algunos casos hasta temor. Sin embargo, una vez que los dueños de casa la probaban durante unos días, la adoptaban como un integrante más de la familia. En sólo cuatro años (de 1934 a 1938), la venta de heladeras creció de 480 a 5480 unidades anuales. Para 1948, SIAM fabricaba 11 mil heladeras al año; una década más tarde, su productividad ascendió a 70 mil unidades anuales.
Inteligencia artificial
El gabinete era confeccionado en chapa de acero y las puertas obtenidas por medio de una prensa de 800 toneladas que las estampaba por presión hidráulica; luego eran trabajadas en una segunda prensa que embutía metales. En la siguiente etapa eran pulidas y sopleteadas con esmaltes sintéticos y luego horneadas a altas temperaturas para darle la terminación enlozada. El interior era revestido con lana de vidrio para conservar el frío.